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EL MANUSCRITO
Mi gato y el manuscrito Mi gato me despertó a las cinco de la madrugada… ¿o las cinco de la tarde? Hace tal vez diez años. Estaba en mi cama. No podía dilucidar en qué tiempo, en qué día, en qué año me despertó mi gato. Había hecho algo… ¿qué?... ¿en qué momento?... ¿cuándo? La confusión me impedía razonar. Solo, ni mi padre ni mi madre estaban, ni mi hermano pequeño. Partieron. Poco a poco fui recordando. Desde el origen. En el pre nacimiento mi alma se encontraba con muchas otras en un lugar lejanísimo de una galaxia que los astrónomos no han logrado ubicar. Un ser inescrutable ordena a cada una, en un momento infinitesimal, el viaje a la Tierra para habitar en algún ser humano con mayor o menor suerte. Mi alma fue ubicada en un útero que no elegí provocado por un espermatozoide que tampoco elegí. Largos meses de oscuridad en un ámbito acuoso. Luego el horrible pasaje por un estrecho pas...
TÉ A LAS 5 DE LA TARDE En el desayuno, esa mañana, estaban de buenísimo buen ánimo. ¿Quién era el responsable, él o ella? Es verdad que ella se hacía una cuestión de lucir de la mejor manera por la mañana. Pensaba que era parte de su deber ante él, hacia el amor de ambos, lucir pequeños tocados encantadores, graciosas prendas, pantuflas de colores a la hora del desayuno y ocuparse de que la mesa estuviera perfecta. Katherine Mansfield, ¡Todo sereno! Té a las 5 de la tarde Leer para escribir. A partir de “Cuento de horror” de Marco Denevi. ...
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